Roberto Lobo y Ernesto Avelino no necesitan presentaciones; como dos de las figuras esenciales de la escena Industrial en nuestro país, estos asturianos han formado parte de diversos proyectos como Étika Makinal, Goodbye o Hegemonía, aunque su más conocido y consistente perfil lo encontramos en Fasenuova.
Festival Seco 2018 acoge en la noche del Viernes 13 una de las actuaciones más esperadas de nuestro particular recorrido por estas latitudes. Al margen de cualquier previsión, la esperada visita de estos dos asturianos se verá complementada con una maratoniana jornada musical gracias al compromiso de otros artistas como Kinematik, Filastine o Vernon Sullivan, este último del sello barcelonés Modern Obscure Music. La variedad cromática para esta noche sin tregua será el negro y toda las formas sonoras se darán cita para iluminar nuestras más profundas inquietudes.
“Empezamos a conocernos en el lenguaje de las cajas de ritmo y los sintetizadores, a los que domábamos a base de gritos y aullidos.”
Fasenuova
Así describen Ernesto Avelino y Roberto Lobo la intensa conexión mental y sensorial que desde su Mieres (Asturias) natal les ha impulsado a desarrollar una de las trayectorias sonoras más ferozmente personales e inimitables que ha dado la electrónica de este país. Una historia que arranca a mediados de los 80 con Hegemonía, pasa por Goodbye en los 90, y desemboca desde 2006 en Fasenuova, su actual proyecto.
Cine, muchísimo cine; literatura a borbotones, desde los clásicos castellanos hasta los diarios de Boris Chertok que alimentan la fascinación por la astronaútica de Ernesto; y por supuesto, música, toneladas de música, sin límites ni coartadas. El bagaje del dúo es tan descomunal que es inútil jugar al juego de buscar referencias para su música. Uno siempre acaba perdido en el laberinto.
Desde su primer disco compartido con Angel Dust y publicado por el histórico sello Ozone Kids hasta su última obra magna, “Aullidos Metálicos”, Fasenuova han respetado siempre una condición esencial: la música debe ser siempre enteramente suya. Su referencia principal es su propia música, y sus reglas, las que ellos mismos han creado, lejos de la tribu. Así se gestaron también “A La Quinta Hoguera” (Discos Humeantes 2011) y “Salsa de Cuervo” (Discos Humeantes 2013), así es “Aullidos Metálicos” (Humo 2016) y así será todo lo que haga esta extraordinaria criatura.
Un corpus musical incendiario, gestado entre escombros industriales, atento al pulso del subsuelo para proyectarse en el baile liberador. El baile como principio y fin de todas las ideas, como trance ceremonial y chamánico invocado por el ruido de maquinas, voces y cuerpos fundidos en extasis.
Fasenuova jamás tuvieron vocación de grupo underground, es una circunstancia que les viene dada y afortunadamente, parece remitir poco a poco. Por raro que parezca, siempre han estado convencidos de que su música podría llegar a públicos mayoritarios y nunca han sentido pudor por ello. Sus temas han tenido vocación de hits desde un inicio, independientemente de la aceptación y difusión que hayan alcanzado. Fasenuova marcan su propio camino, y sabes que acabarás siguiéndoles.